Cuando a fines de 2015, la New Zealand Rugby (NZR) buscó renombrar su Women's Provincial Championship, el nombre surgió por unanimidad: Farah Palmer.

Ex capitana de las Black Ferns, Palmer condujo a su país a tres medallas doradas seguidas en Rugby World Cups entre 1998 y 2006, hecho clave en su ingreso al World Rugby Hall of Fame.

El New Zealand Herald la describió en su momento como "la cara del rugby femenino en Nueva Zelanda', algo que no ha cambiado desde que la principal competencia doméstica en el país comenzó a llamarse la Farah Palmer Cup.

En diciembre de 2016, Palmer se convirtió en la primer mujer en sentarse en el Consejo de la NZR habiendo sido elegida representante Maorí; dos años más tarde, su apasionado discurso al Consejo de World Rugby ayudó a que Nueva Zelanda fuera elegida sede de Rugby World Cup 2021.

“Al preparar el proceso dije: 'tenemos que poner todo en esta presentación y demostrar que podemos ser anfitriones de un gran torneo,'" recuerda Palmer, quien luego fue incluida en el Comité Organizador de Rugby World Cup New Zealand 2021.

“Hemos estado en lugares interesantes como Amsterdam y Barcelona; ahora podemos mostrarle al resto de las mujeres en el rugby que vivimos en un lugar donde el rugby es lo más importante y que tenemos las mejores instalaciones y simpatizantes."

“Espero que los neozelandeses apoyen el torneo; eso es lo que nos empuja por el momento."

“Necesitamos que la gente venga a los partidos y muestre su apoyo por la mujer en el deporte, por el rugby femenino, las Black Ferns; que apoye la excelencia."

Palmer dice que el Comité Organizador de RWC 2021 "sigue trabajando hacia el objetivo de que se juegue el torneo a pesar de la continua pandemia del COVID-19," y espera que el programa de legado que deje  el torneo pueda "motivar, alentar e inspirar a las jóvenes niñas a pensar en el juego."

'Me enganché enseguida'

Tales programas no existían cuando Palmer creció en Piopo, un pequeño pueblo rural de la Isla Norte, no lejos de la casa de otro neozelandés miembro en el World Rugby Hall of Fame, el fallecido Colin Meads.

Su llegada al rugby llegó en el último año de su colegio secundario, en un partido en su pueblo. "Se pensó que sería fantástico juntar mujeres, darles la ropa, cinco minutos de preparación y que salgan a jugar," recuerda Palmer.

“Me presenté como voluntaria para ese partido; creo que fue un preliminar de un partido anual entre varones casados y solteros."

“Era un divertimento y muchos se rieron y nos burlaron, pensando que era muy gracioso. Debe haber habido algo en ese primer partido porque me enganché enseguida."

Tras mudarse a Dunedin en la Isla Sur para estudiar en la University of Otago, Palmer pudo explorar su nueva pasión.

En un principio, le pidieron que juegue de pilar aunque fue como hooker que llamó la atención de los selectores nacionales en 1995. Su pasado como jugadora de céstobol le ayudó en la tirada al lineout y un año más tarde hizo su debut internacional.

“Honestamente, no lo podía creer; estar en este recorrido haciendo lo que amaba," dijo.

“Me golpeó recibir la casaca negra, rodeada de otras grandes jugadores. Esto me convenció que estaba bien ser excelente, estaba bien estar enfocada, y estaba bien ser apasionada por algo y dar el 100%."

Capitana fantástica 

Palmer se convirtió en capitana antes de Rugby World Cup 1998. Si bien insiste que fue una gran sorpresa para todos su nominación, la hooker terminó siendo una de las capitanas más exitosas del rugby internacional.

 Nueva Zelanda derrotó a Estados Unidos para ganar la RWC 1998 en Amsterdam, mientras que en las finales del 2002 en Barcelona y 2006 en Edmonton las vencidas fueron las inglesas.

Palmer se retiró como jugadora en Canadá, en una final muy sufrida.

"Recuerdo estar en un ruck y ver como Amiria [Rule] corrió pegada al touch y agradecer porque esa pelota podría haber salido para el otro equipo y perdido el partido."

“Esos eran los mejores equipos, cuando sabes que ambos equipos han dado todo."

Palmer trabaja actualmente en la Universidad de Massey, como profesora titular y como asistente de la decana, Maorí, habiendo podido terminar su doctorado entre su primer y segundo mundial.

El mes pasado se le sumó en el Consejo de la NZR una segunda mujer, Jennifer Kerr, mientras que su compañera en el RWC 2021 Organising Committee Nicola O’Rourke se ha unido como directora aspirante.

“Estoy muy pero muy contenta en avanzar en cuanto a la diversidad," dijo Palmer.

“Algo que me empujó fue sentir privilegiada como la primer mujer en estar en el Consejo; no quería ser la única ni la última mujer."

“Quería asegurarme de hacer un gran trabajo y haciendo eso alentaría a más mujeres a querer estar en el Consejo. Entonces, estoy muy, muy contenta."

Palmer cambió su lugar en el campo de juego por una silla en la mesa de toma de decisiones. Lo que no se modificó fue que sigue liderando con el ejemplo.