Escuchar a Marithy Pienaar genera la impresión de que su carrera en el rugby fue tan solo el resultado de la buena suerte.

Habiendo sido una atleta sobresaliente en su etapa escolar, Pienaar buscó la camaradería de un deporte de conjunto al probar con el cricket y el céstobol. 

Pero fue en el rugby donde encontró la sensación de comunidad y la oportunidad de probar sus habilidades físicas de manera más robusta; terminó siendo su gran pasión.

Pienaar tuvo la fortuna de haber tenido padres que la apoyaron y la determinación que la llevaron a varios clubes donde pudo descubrir el rugby femenino.

“Tuve suerte,” le dijo a World Rugby. “Hice algunos llamados y terminé jugando jugando rugby una tarde y nunca me fui.”

Fue el comienzo de un camino que trajo honores universitarios, provinciales y finalmente internacional como especialista de seven - todo dentro de su primer año en el rugby.

Tras seis años de carrera con las Springboks Sevens, habiendo jugado en Rugby World Cup Sevens 2018 y ser nombrada SA Rugby Women’s Player of the Year en 2016, Piennar colgó sus botines.

Además, Pienaar anotó un try en la final del Hong Kong Sevens 2016, cuando las Springbok Women se convirtieron en el primer equipo sudafricano en ganar un título en ese torneo. Un logro que atesora.

Rugby colegial

La ex jugadora, de 28 años, es consciente que las posibilidades que tuvo no están disponibles a todas las mujeres de Sudáfrica, pero está determinada a ayudar a que mejore la situación a partir de su nuevo rol como entrenadora. 

"Los sistemas femeninos no son tan fuerte como los de los varones," dijo Pienaar. "Nos faltan jugadoras, sobre todo en los equipos adultos. Después de M17 tenemos que salir a buscar otras deportistas para que nos ayuden."

"Creo que debemos tener un programa femenino, o un componente femenino, en colegios primarios para poder evitar esto. Creo también que cada colegio debería tener rugby femenino, como tiene masculino, de menores de nueve años."

Pienaar, una de siete mujeres entrenadoras que participaron de la primera Women’s Sport Leadership Academy for High Performance Coaches (Academia de Liderazgo Deportivo Femenino para Entrenadoras de Alto Rendimiento)(WSLA HPC) en noviembre, ya puso en funcionamiento algunos de esos sistemas en su trabajo con Caylix Sport.

“El próximo año abriremos una academia para chicas," dice.

“Creo que en algunas comunidades, en algunos barrios, la gente trabaja duro para poder tener rugby femenino sobre todo por que es un deporte olímpico; la gente quiere estar asociado a eso. Claramente, está creciendo a la velocidad que queremos."

La Academia

Pienaar viajó a Inglaterra a principios de noviembre para la primera de dos sesiones presenciales de la WSLA HPC, un programa piloto realizado junto al Comité Olímpico Internacional, del que participaron 24 entrenadoras de seis federaciones internacionales.

"Fantástico, fabuloso," lo describe.

Toda la semana estuvo muy bien organizada. Todos los que participaron sabían bien que era lo que hacían y el conocimiento que se compartió fue enorme."

“Creo que todas las que participamos crecimos mucho, y formamos una familia en una semana, literalmente.” 

Tras su retiro en diciembre, Pienaar apuntó al objetivo que ya se había trazado, de volcarse a ser entrenadora, habiendo colaborado con clínicas de coaching. Su planificación para el retiro le permitió una transición sencilla.

“Al saber que era lo que quería hacer me ayudó para cuando fui coach poder compartir con naturalidad mi experiencia y conocimiento," dice.

“Pasar directamente de ser jugadora a entrenadora te encuentra a veces participando activamente; pero creo que mi transición fue muy natural."

Las bases

Pienaar regresó a Stellenbosch, donde compartirá su tiempo con sus compromisos en el WSLA HPC y como head coach y en los proyectos de Caylix Sport.

Regresará a Inglaterra a fin de año para la segunda etapa de los cursos presenciales; mirando hacia el futuro, Pienaar espera tener un rol creando y sosteniendo caminos para las mujeres y niñas en Sudáfrica.

"Si el plan funciona, obviamente tendremos los sistemas funcionando y habrá un camino hacia el equipo nacional," dice.

“Al momento, no está pasando y no creo que podamos estar alguna vez al nivel de Nueva Zeland o Australia, pero ciertamente cerraremos la brecha con ellas con los sistemas funcionando."

Tal vez, los campeones mundiales de 2019 puedan tener un rol. 

“El triunfo de los Springboks generó una base para que más gente quiera jugar, tanto sevens como quinces," agregó Pienaar.

“En definitiva, creo que hombres y mujeres quiere asociarse con equipos ganadores.”