TOKIO, 1 de noviembre - Sam Underhill está listo para una final de ida y vuelta ante Sudáfrica en la definición de la RWC 2019 que se disputará este sábado. Pero entiende que en un partido que será muy físico, deben controlar la vehemencia a la hora de jugarlo.

El poderío de los Springboks es conocido por la fuerza que imponen sus forwards y de hecho en el banco de suplentes habrá sólo dos backs. Esto les permite cambiar casi un pack entero para asegurarse de no perder las fuerzas en un desafío formidable para los dos mejores equipos de esta Rugby World Cup.

Por su parte, Inglaterra implementó el tradicional sistema de cambios con tres backs y cinco forwards esperando su chance, y espera que tanto Underhill como Tom Curry puedan presentar una pelota rápida y mantener alejado el ataque rival con esos movimientos defensivos más que certeros.

Fue la misma táctica que le dio tantos dividendos ante los All Blacks, en la victoria 19-7 en semifinales con una disposición rápida de la ovalada para los ataques rápidos e incisivos de sus backs.

Underhill tendrá un papel clave en el juego e intentará frenar una oposición sumamente física de sus forwards en un área que maneja como nadie, los puntos de encuentro.

A propósito, dijo que "tienen un tamaño importante con buenos ball carriers, serán también todo un reto los breakdown con jugadores que disputan con fuerza la pelota y con un contraruck que lo hicieron muy bien ante Gales. Es importante que nos plantemos bien en la confrontación física".

"Es clave que nuestro ataque tenga velocidad y pase de pelota, eso es lo que ellos no quieren. Necesitamos que cada avance tenga velocidad en los pases, pero en defensa no hay mucho secreto más allá de contrarrestar sus embates con una defensa muy física".

"Este será el tema central de mañana, muchos tratando de apuntalar la obtención en un montón de duelos físicos. Si lo hacemos bien seguramente podamos sacar el partido adelante".

"Está muy bien el hecho de que seamos vehementes pero la clave pasará por poder controlar esto y que podamos desarrollar nuestro plan de juego más allá de las confrontaciones. Seguramente lo que hicimos el fin de semana pasado nos dio confianza y solidez como equipo".

"Ellos son diferentes a los All Blacks, tienen un estilo más directo y se focalizan más en las formaciones fijas. Lo físico será clave y estará en gran parte del partido, pero tenemos que saber bien lo que estamos haciendo".

Por su parte, el segunda línea George Kruis cree que la experiencia que tienen sus compañeros en Saracens ayudará. Ganaron varios trofeos a nivel local y europeo, por lo que entiende que "definitivamente se trata de cómo manejar los nervios y poder lidiar con ellos".

"Recuerdo mi primera final, aprendí mucho en esta experiencia. Querés hacer todo perfecto pero tenés que concentrarte en ese proceso para que te salgan bien las cosas".

"Tenemos que tomarlo como un nuevo partido y mentalizarnos de hacerlo bien. Todo deja una enseñanza, pero hicimos mucho para construir un camino hasta acá e intentamos achicar el margen de error".

"Pudimos comprobar esa evolución como equipo. Fue realmente brillante y satisfactoria la sensación porque trabajamos mucho para esto".

Kruis también piensa que los errores cometidos hace cuatro años en la RWC 2015 sirvieron mucho y fue una inspiración para dar vuelta la historia.

"Los buenos equipos que han logrado algo, aprendieron de experiencias pasadas frustrantes o decepcionantes. Pero esto no nos da ninguna ventaja para mañana, tenemos que salir y hacer nuestro trabajo. Pero creo que nos ayudó mucho para crecer aprender del dolor de una derrota o un paso en falso".

"Pero repito que esto no garantiza nada, ojalá podamos marcar la diferencia gracias a estos aprendizajes".

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