TOKIO, 20 de octubre - Aaron Smith contempló uno de los más grandes triunfos de su carrera y reconoció que Irlanda quedó atrapado en una “tormenta perfecta” de los All Blacks en el partido del sábado por los cuartos de final de la Rugby World Cup.

El jugador fue demasiado modesto para sugerirlo, pero justo en el ojo de esa tormenta estaba precisamente el medio scrum, que dirigió el triunfo de Nueva Zelanda por 46-14 en el Tokyo Stadium con la precisión de un cirujano desde la base del scrum, coronando con dos tries incisivos -foto abajo y arriba- que iniciaron la más clínica de sus victorias.

Luego de un desempeño que recordó a todos que, a los 30 años permanece como el mejor N°9 del mundo, Smith dedicó una clase maestra a su hijo de solo dos meses, reconociendo que había estado inspirado en hacer algo especial porque su prometida, Tegan Voykovich, había llevado al pequeño Luka a ver a su papá en acción por primera vez en su vida.

"Pienso mucho en que que sólo fue una actuación en la representara a mi pequeño hijo", contó Smith. "(Él estuvo) en las tribunas por primera vez, pude sentirlo ahí. Con Tegan, mi pequeño hijo ahí, estuve realmente feliz de tener ese desempeño del que espero el pueda estar orgulloso... Un día (yo) podré mirar hacia atrás y decir 'vos estuviste allí pequeño hombre, me ayudaste a conseguir esa victoria esa noche'".

En su 90° test, los ataques de la “cobra” Smith en los primeros 20 minutos probaron ser decisivos, rápidamente poniendo a Irlanda en una posición de la cual no habría vuelta atrás frente a la sofocante defensa de los All Blacks y las imparables combinaciones de ataque.

Sobre sus tries, reveló, que llegaron luego de haber estudiado filmaciones de sus recientes desempeños. "Realicé mucha preparación en ello sobre como quería impactar en el juego, mirando muchas imágenes de las chances alrededor del punto de encuentro”. 

"Estoy un poco atascado por no correr más, pero siempre soy una persona que corre cuando estoy encendido. Estaba buscando oportunidades para otros muchachos, pero creé una para mi mismo (cuando se lanzó a través de un agujero defensivo creado por la carga de sus forwards) y, luego, el segundo fue justo al límite (cuando se escurrió por el lado ciego de la cancha). Estoy realmente contento de haberlo conseguido", añadió.

Hubo varios All Blacks que fácilmente podrían haber tenido el honor de haber sido elegidos Jugador del Partido con el que eventualmente premiaron por segunda vez en el torneo a Beauden Barrett. Richie Mo’unga controló el partido elegantemente con la número 10, Sevu Reece fue una constante tanto por adentro como por afuera de su posición de wing, el capitán Kieran Read y Ardie Savea fueron colosales en la batalla de la tercera línea y Joe Moody tuvo un partido atronador como pilar.

Sin embargo, cuando Smith recicla con semejante velocidad y precisión, creando el ritmo implacable que ejerce una presión ininterrumpida en defensa, es él quien toma las decisiones. "El cambia la dinámica sobre como el equipo tiene que defender", dijo con admiración Mo'unga. "Debido a que de repente tienen que tener en consideración a un nueve como 'Nugget', simplemente disparando tanto como los forwards. Fue increíble para él solo ver las brechas y atacar alrededor de ellas", explicó.

Smith también ayudó a elevar el juego de sus compañeros. "Estábamos frescos y realmente hambrientos", aseguró. "Hubo muchos nervios y mucha tensión. Nos pusimos mucha presión sobre nosotros mismos para estar preparados, mucho trabajo en nuestro juego mental. Quizá fue una tormenta perfecta de emoción”, finalizó.

RNS ic/bo/gr