TOKIO, 18 de octubre – El estereotipo más comúnmente asociado a Francia es que nunca se sabe qué equipo francés se presentará en el partido. No obstante, en la Rugby World Cup 2019, parece que también ese estereotipo se ajusta perfectamente a Irlanda.

¿Son el seleccionado que privó a Escocia de la posesión de la pelota y reventó el marcador contra Samoa, o son más bien el equipo que cayó contra Japón y a duras penas obtuvo el punto bonus contra Rusia? Si la respuesta es el segundo caso, pocas chances tendrán ante un equipo neozelandés que se encuentra descansado y listo para el partido de cuartos de final que tendrá lugar el sábado, en Tokio.

Irlanda juega con fuerza antes que imaginación. Por ruck, realiza un promedio de tan solo 1,25 pases. En RWC 2019, solamente Uruguay pasó menos la pelota que ellos.

Esto quiere decir que Irlanda deberá desarmar a la defensa de los All Blacks a través de acarreos potentes y así se abra el espacio para que sus backs puedan hacer su trabajo. Puede parecer que fácil tacklear cerca de los puntos de contacto, pero nada queda más lejos de la realidad.

La variedad de alternativas de juego que se presentan cuando alguien porta la pelota cerca del punto de contacto aumenta la presión en los defensores. A partir del segundo 16 del clip que se encuentra debajo, Iain Henderson muestra esto en el partido contra Escocia.

El segunda línea debería terminar impactando con Stuart McInally y Grant Gilchrist. Sin embargo, lo evita por completo gracias a los apoyos internos de Cian Healy y James Ryan. Fijan a Gilchrist, y Henderson logra superarlos ya que McInally ésta demasiado lejos como para tacklear.

 

Contra Samoa, Irlanda mantuvo el mismo estilo de juego potente. En el minuto 6’04’’ del vídeo siguiente, Irlanda gana un line out apenas adentro de los 22 de Samoa.

Habiendo ganado la pelota en la primera posición, inmediatamente avanzan hasta escasos ocho metros de la línea de try. A partir de ahí, no hacen más que avanzar uno a uno hasta que Tadgh Furlong finalmente apoya en el otro extremo de la cancha.

Cada jugador que pone la pelota delante gana metros y la pelota, a su vez, sale tan rápidamente que siempre agarra a los defensores de Samoa en retroceso hacia su propia línea, lo que les impide salir a presionar y realizar un tackle dominante sobre un jugador irlandés.

Cuando Furlong obtiene la pelota, aún le queda mucho por hacer. Todavía tiene que superar los tackles de Mike Alaalatoa y Alapati Leiua, y acto seguido, pasar por encima de Filo Paulo y finalmente esquivar el tackle último de Ed Fidow.

Si bien es un movimiento muy impresionante por parte de Furlong, pudo llegar a esa situación gracias a sus compañeros, que hicieron retroceder la línea defensiva de Samoa con cada fase y crearon el espacio necesario para que el pilar derecho pudiera aprovecharlo.

El problema de Irlanda es que Japón expuso su debilidad durante la derrota por 19-12: la falta de reacción ante la velocidad con la que Japón jugaba en los puntos de contacto.

Nueva Zelanda será todo menos lento cuando tenga la pelota en sus manos, e incluso puede que más rápido que los japoneses. La velocidad de los Brave Blossoms fue problemática para Irlanda porque obligó a que sus jugadores más fuertes tuvieran que hacer grandes recorridos. Alguien como Furlong es mucho más efectivo cuando se encuentra corriendo líneas rectas. Tan pronto se le obligue a correr por toda la cancha, su tamaño y potencia se convierten en desventajas.

Irlanda bien puede superar a Nueva Zelanda cuando tiene la posesión de la pelota.

Cuando mejor jugó en el torneo, fue capaz de hacer retroceder al rival hasta agotarlo.

Es mucho más difícil tacklear a un jugador que avanza con potencia cuando uno está cansado. El gran problema de Irlanda y de sus ball-carriers es que pueden ser ellos los que acaben exhaustos si se ven obligados a perseguir a los All Blacks por toda la cancha.

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