TOKIO, 15 de octubre – Luego de cuatro intensas semanas de competencia, los cuartos de final de la Rugby World Cup 2019 están ante nosotros. Aquí, nuestro equipo de analistas pone la mirada sobre algunas estadísticas clave que surgieron de la fase de grupos y evalúan lo que podría significar para algunos de los encuentros entre pesos pesados que se avecinan.

¿Cómo se resuelve el problema de Nueva Zelanda?

Acercándose a la Copa del Mundo, había rumores acerca de que los All Blacks parecían inusualmente vulnerables, su aura de invencibilidad se veía empañada por una serie de actuaciones por debajo de lo habitual, que culminó en una fuerte derrota en el Rugby Championship a mediados de agosto contra Australia.

Pero en el transcurso de los tres partidos de la fase de grupos, los cuestionamientos han retrocedido constantemente y llegan ahora al partido contra Irlanda como claros favoritos. Los campeones de 1987, 2011 y 2015 parecen estar alcanzando su punto máximo en el momento adecuado. Nueva Zelanda encabeza casi todas las principales métricas de ataque, aunque dos de sus tres partidos fueron contra rivales del Tier 2, Namibia y Canadá.

Con su veloz transición desde la defensa al ataque, los All Blacks se ubican en la cima en cuanto a la cantidad de metros ganados, quiebres limpios y defensores derrotados y, como era de esperar, han completado más offloads que cualquier otro equipo.

Para preocupación de Irlanda, los All Blacks son el único equipo que cuenta con un récord de éxito de scrum del 100 por ciento, mientras que sus pateadores tienen el mayor porcentaje de conversiones (84 por ciento) que cualquiera de los equipos de cuartos de final.

Pero hay aspectos de su juego a los que Irlanda puede recurrir para mejorar sus posibilidades. Para empezar, este encuentro enfrenta al ataque más poderoso contra la defensa más mezquina del torneo. Cuando Irlanda consiguió su histórica victoria 16-9 sobre Nueva Zelanda, en noviembre pasado, defendieron como si sus vidas dependieran de ello y nuevamente podrían resultar difíciles de romper.

A pesar de haber estado en el grupo más difícil, Irlanda solo ha recibido dos tries y tiene el mejor porcentaje de éxito en tackles que cualquier equipo en la Copa del Mundo. Además, ha errado muy poco tackles.

Además, los Springboks expusieron algunas debilidades en los All Blacks en su primer partido del torneo, especialmente en el line out donde lograron ejercer una gran presión.

Nueva Zelanda tiene el promedio de éxito en el line out más bajo que cualquiera de los equipos que quedan en la competencia, aunque con un 90 por ciento, esto sigue siendo muy alto. El line out fue una formación que Irlanda explotó al máximo cuando venció a Nueva Zelanda el año pasado, y estará seguramente en sus planes mientras se preparan para el enfrentamiento del sábado.

La patada como clave para el éxito galés

La fase de grupos fue una mezcla para Gales, desde lo más alto en su brillante victoria sobre Australia, hasta desempeños intermitentes contra Fiji y Uruguay. Por momentos Gales lució vulnerable en defensa y las estadísticas muestran que han fallado más tackles que cualquiera de los ocho equipos que quedan en el torneo.

El manejo de manos galés fue pobre por momentos contra Uruguay, desperdiciando repetidamente oportunidades y cometiendo 16 errores de manejo en comparación con los solo seis en su gran victoria contra Australia. Gales sabe que necesitará mejorar este aspecto contra Francia, aunque un área en la que pueden confiar es en sus patadas.

Con Dan Biggar, Leigh Halfpenny y Rhys Patchell, Gales tiene uno de los tríos de pateadores más confiables. Tienen el segundo mejor récord de conversiones (83 por ciento) de todos los equipos de cuartos de final, solo detrás de Nueva Zelanda, y eso podría ayudarles mucho a superar a Francia.

Wallabies al filo del peligro

En la mayoría de los enfrentamientos anteriores de la Copa del Mundo entre Inglaterra y Australia, el scrum ha sido absolutamente clave. Los forwards ingleses intimidaron a los Wallabies para someterlos en los cuartos de final de 2007, mientras que Australia devolvió gentilezas al vencer a Inglaterra de su propia Copa del Mundo hace cuatro años.

Esta vez, el scrum puede ser un área de preocupación para los Wallabies más que una fortaleza. Ocuparon el puesto 15 entre los 20 equipos en cuanto al éxito en el scrum durante la fase de grupos y también han luchado con una pobre disciplina. De los ocho equipos finalistas, ninguno ha recibido más tarjetas amarillas que Australia, y solo Francia ha cometido más penales.

Los Wallabies saben que necesitarán fortalecerse considerablemente para llegar a otra semifinal del Mundial.

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