Si bien Sweta Shahi tan solo tiene 19 años, en su camino a convertirse en jugadora internacional de seven, desde su poblado rural en el norte de India, ya ha logrado mucho.

Shahi no sabía de la existencia del rugby cuando fue vista por el secretario de rugby del estado de Bihar en una competencia de atletismo en la que participaba.

El dirigente quedó sorprendido con la velocidad de la joven. Al ver el deporte en YouTube y Facebook, se sintió atraída por el riesgo de contacto del nuevo deporte – y su potencial por evitar ser detenida.

“Esa persona me acercó al rugby y me dijo que tenía todas las cualidades para ser una buena jugadora,” dice Shahi.

“Me explicó las reglas básicas del rugby – que hay que pasar el balón para atrás – y enseguida me gustó el aspecto físico. Pensé que mi agilidad y velocidad para evadir tackles, me ayudaría para que me fuera bien en el rugby.”

Eventualmente, Shahi se convirtió en la única mujer de Bihar, el tercer estado con mayor población en India, en ser convocada para un campo de entrenamiento nacional en 2013, a partir de entonces, representando a su país en eventos de Asia Rugby.

Detrás del éxito hay una montaña de trabajo duro. Sin tener acceso a entrenadores, Shahi se lanzó a internet y estudiar tutoriales que encontró en las redes sociales.

Como wing en ascenso, analizó particularmente el juego de Dan Norton en el HSBC World Rugby Sevens Series, estudiando todo lo que hacía el velocista inglés usando su velocidad para evitar tackles y apoyar tries.

“Fue mi inspiración,” admite sonriendo. “¡Número cuatro!”

Con el apoyo de su padre campesino, ambos diseñaron un régimen de entrenamiento para que Shahi pueda trabajar, junto a su hermano, en las habilidades necesarias para el rugby.

Su padre se convirtió en una suerte de mentor y siempre que vuelve a su casa, ambos se suben a una bicicleta para pedalear los seis kilómetros al colegio local donde entrenan juntos.

No todos los integrantes de la familia de Shahi están de acuerdo con su deseo de seguir sus sueños deportivos. Su tío no estaba de acuerdo con sus objetivos atléticos, pero quedó perplejo por su decisión de pasarse al rugby – preocupado de que esto le impediría casarse.

“Mi tío nunca apoyó mis intereses deportivos,” cuenta.

“No se escucha que las mujeres hagan deporte, mucho menos un deporte de contacto. Pero mi padre y mi abuelo siempre me apoyaron; inicialmente, sobresalía en atletismo y, desde entonces, hasta hoy, me dijeron: ‘haz lo que quieras.’”

“Como me va bien, están contentos. Pero el consenso general era que no debía jugar rugby porque podía lastimarme y eso ser un problema financiero para mi familia por los costos.”

“Mi tío todavía dice: ‘¿quién querrá casarse contigo si juegas rugby? Deja de hacerlo y te daré lo que necesites.’”

La hermana de Shahi se casó a los 18 años, y seis años más tarde es madre de dos niños. Sabe que se espera eso de ella cuando regrese a su pueblo, pero está determinada a disfrutar una larga y exitosa carrera en el rugby.

Sobre la actitud de su tío, Shahi agrega: “Siempre ignoré lo que tenía que decir. Si tengo la bendición de mi padre, con eso me alcanza.”

Es consciente de que no todas las chicas que están en su posición pueden contar con ese tipo de apoyo viniendo del padre y el abuelo.

“En la mentalidad de la gente, especialmente en los pequeños pueblos y poblados, donde las mujeres son amas de casa, se supone que no deben hacer deporte.”

“No se ve a la mujer como deportista. En cierta manera, rompí una barrera, una de las pocas que se han dedicado al deporte cuando otros dirían que es tiempo de dejarlo y tener una familia.”

“A veces, las mujeres ni siquiera van a la escuela ni son educadas. Su trabajo es empezar familias y convertirse en amas de casa. El deporte nunca es una prioridad.”

Desde que comenzó a jugar rugby, Shahi ha sido testigo del crecimiento en la cantidad de jugadoras que están dispuestas a acompañarla en su recorrido en bicicleta desde su pueblo, y aún más lejos, para entrenar en el colegio local.

Esto también le lleva a tener grandes ambiciones para el rugby en India.

Shahi admite que su “gran sueño” es ayudar a su equipo a clasificar y jugar al rugby sevens en los Juegos Olímpicos – no tiene grandes ilusiones ya que sabe lo difícil que es eso.

“Será un enorme esfuerzo, pero si colectivamente, todos nos ponemos el objetivo en la cabeza, podemos lograrlo,” dice. “Ojalá podemos lograrlo algún día.”

Más importante que una participación olímpica es el objetivo de Shahi de ayudar a cambiar la percepción que hay hacia las mujeres y niñas que quieren tomar un balón de rugby en India.

“El rugby masculino es muy popular en comparación con el rugby femenino. Quiero reducir esa diferencia especialmente en la India, donde las mujeres no tienen muchas oportunidades en el deporte.”

“Quiero quebrar barreras y cambiar la percepción y como piensa la gente.”