Llegamos a la segunda gira del HSBC World Rugby Sevens buscando seguir construyendo el equipo después de una primera gira en la que jugamos bien pero no tuvimos resultados en Dubai y con algunas mejoras se dieron los resultados en Ciudad del Cabo y pudimos jugar la final, más de lo que habíamos planificado.

Los resultados son bienvenidos por que le sirven al equipo; los alienta, los ayuda a crecer y les da el convencimiento de lo que estamos haciendo. Con los resultados se convencen más.

Las expectativas siguen siendo seguir creciendo y cruzar la barrera de cuartos de final la mayor cantidad de veces posible.

Durante el mes de enero pudimos viajar con el plantel a la ciudad de Pinamar, uno de los balnearios de nuestra costa atlántica. Es muy difícil para nosotros durante la temporada encontrar un momento en el que se pueda entrenar tanto porque por las actividades en sus clubes tenemos que cuidar las cargas o el esfuerzo.

Después de las fiestas, necesitábamos esta semana para realizar ajustes en lo físico y en el juego así que fue muy positiva.

Mentalidad positiva 

Por esos días, se jugó el Sudamérica Rugby Sevens en Punta del Este y Viña del Mar. Por un lado, nos sirve para ver que el rugby argentino necesita trabajo, que por la cantidad de jugadores que hay en el sistema de alto rendimiento de la Unión Argentina de Rugby, hoy elegimos muy por detrás del nivel que elegíamos antes. Hoy tenés Pumas, Jaguares, Argentina XV, Pumitas antes que el seven. Además, teníamos trece jugadores en la pretemporada en Pinamar.

Lo que faltó con los equipos que fueron a ambos torneos fue trabajo, aunque el objetivo no era ganar Punta y Viña si no que ver a jugadores que habíamos probado a lo largo del año y que se habían destacado en sus clubes. Nos sirvió para sacarnos dudas y confirmar algunos aspectos que necesitábamos analizar de ciertos jugadores. En base a eso y a la información recabada, sirvió.

También quedó claro que la región está creciendo y que cada vez se necesita más trabajo para ser competitivo.

Tenemos dos debutantes que no se lucieron en Punta del Este pero vimos algunas detalles que ya habíamos visto durante el año en sus clubes que nos convencieron. Tanto Severiano Escobio como Nito Provenzano son dos jugadores que tuvieron grandes temporadas en el circuito local, ambos clubes llegaron a la final del torneo, así que tenemos muchas esperanzas en su rendimiento con nuestro equipo.

Llegamos a Sydney con el espíritu alto después de Cape Town, ya que el jugador sabe que si se esfuerza en la semana, realiza el trabajo que tiene que hacer, se puede. Ese convencimiento es muy importante.

El aspecto mental será clave, cómo entendieron en la primera gira. No por el juego en sí ya que en ambos tuvieron volumen de juego parecido, pero en saber cerrar el juego, trabajar los partidos.

En Sydney tenemos que seguir por este camino sabiendo que el trabajo duro trae resultados.