PARÍS, 21 de octubre – El capitán de Sudáfrica John Smit y el entrenador Jake White están perdidamente enamorados. Casi 12 horas después de la victoria sobre Inglaterra 15-6 en la final de la Copa Mundial de Rugby 2007, Smit y White tienen el brillo en los ojos de los nuevos padres fijados en el resplandor de la Copa Webb Ellis enfrente de ellos.

White, con sus ojos demostrando que se había ido a la cama a las 3 de la mañana, admitió que todavía no caía en la victoria. "Debo ser honesto, todavía estoy en eso. Creo que es una de esas cosas que sólo entenderemos qué es lo que ocurrió cuando lleguemos a casa. Evidentemente, ha sido genial ganar y ver a nuestros fans y disfrutar con nuestra familia y nuestros amigos, no creo que terminemos de comprender esto hasta un poco más tarde".

Smit, con el ojo izquierdo todavía hinchado por el partido, sonreía de oreja a oreja cuando le preguntaron si la cerveza tenía otro sabor desde la Copa Webb Ellis. "Absolutamente, y todos tuvieron su oportunidad cuando nos fuimos al hotel, cada uno de los muchachos tomó un poco de la copa. Es difícil sacarle los ojos de encima, trabajamos muy duro para esto".

White dijo que el triunfo será una inmensa motivación para el rugby de Sudáfrica y para todo el país. "Esto es mucho más grande que el rugby de Sudáfrica. Ver a nuestro presidente sobre los hombros de uno de los jugadores, con la William Webb Ellis en sus manos, es una declaración para nuestro país. Lo que necesitamos como nación es comprender cuán grande es esto. No hay ninguna razón para que el rugby de Sudáfrica y todo el país tome de esto una gran ventaja y construya sobre ella. Hay mucho que se puede sacar de esta pequeña copa".

El contrato del entrenador termina el 31 de diciembre. La Unión de Rugby de Sudáfrica todavía no le pregunta si quiere seguir y dijo que será duro decirle adiós al equipo. "Será duro pasarle el equipo a alguien. Es agradable cuando eres campeón del mundo y todos te dan cumplidos, pero es un lugar muy solitario cuando te va mal".

White sonrie y dice: "Miro a mi alrededor y creo que tantas cosas han cambiado. Es increíble. Cómo se dice en política, una semana es mucho tiempo, pero en el rugby les digo que 80 minutos es una cosa fantástica". El plantel deja París el lunes (22 de octubre) y una serie de desfiles están ya siendo organizados en Sudáfrica.

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