El año pasado, la canadiense Alana Gattinger se convirtió en tan solo la segunda manager en una Rugby World Cup masculina, dieciséis años después de que Louise Ramsay lo hiciera con la Inglaterra campeona de RWC 2003.

María Gallo quisiera ver lo mismo pero en el coaching masculino, donde las mujeres no tienen participación - no por habilidad sino por falta de oportunidades.

Nacida en Argentina, la ex internacional canadiense es una de los entrenadoras elegidas para la nueva iniciativa de World Rugby, el Coaching Internship Programme for Rugby World Cup 2021 - Programa de Pasantías en Coaching para Rugby World Cup 2021 - que confía será clave para cambios futuros.

“Son doce las mujeres que serán parte del nuevo programa y muchas trabajaremos con los actuales entrenadores de los seleccionados femeninos, muchos de los cuales son varones. Espero que podamos demostrar que la mujer puede ser parte de un staff de alto rendimiento, no solo a nivel de asistente," dijo.

“Ojalá podamos llamar la atención y que las chicas vean que es algo que pueden eventualmente hacer como carrera profesional y que no es solo un mundo masculino."

Agregó: "Estoy feliz de ver lo que viene y de recibir mas desarrollo profesional."

“Es fabuloso saber que estaré en Nueva Zelanda para la duración del Mundial."

“Cuando lleguemos a Nueva Zelanda, supongo habrá muchas oportunidades para ver como un torneo global se maneja en cuando a comunicación, marketing, operación de día de partido y gestión del torneo."

Parte de mi vida

En los últimos 18 meses, Gallo ha sido la asistente del entrenador Sandro Fiorino, en el equipo canadiense de quince.

Como madre de un niño pequeño y profesora asociada de enseñanza en la Facultad de Kinesiología de la University of British Columbia, Gallo tiene poco tiempo. Pero aclara que el rugby y entrenador será siempre parte de su vida.

“Ser profesor universitario a tiempo completo es muy demandante, como lo es ser padre. Pero siempre quiero seguir entrenando; no sé con exactitud a qué nivel," dijo.

“Me gusta tener variedad en mi vida; no lo veo como algo para hacer full-time porque me gusta como se complementa con mi profesión académica."

Tras dos años como asistente de las Thunderbirds en la University of British Columbia (UBC), Gallo se hizo cargo del equipo en 2013 y rápidamente condujo al equipo a las finales, ganando también el campeonato nacional de sevens. Luego, fue elegida como la mejor entrenadora del Oeste de Canadá.

Con el nivel que había mostrado en sus 55 caps internacionales como jugadora, Gallo siguió mostrando su calidad para ser invitada a colaborar con el equipo nacional.

Ahora, Gallo no pone techo a sus ambiciones en el rugby, a pesar de su cargada agenda.

“Creo que este programa de Alto Rendimiento me ayudar a mejorar mis áreas débiles; quizás un día, pueda conducir al seleccionado nacional."

Competidora

“No me entregará y seguiré trabajando por si aparece la oportunidad. No creo que no la tome."

Gallo siempre ha sido una incansable competidora, tanto como jugadora de rugby como habiendo hecho bobsleigh alguna vez

“Viajaba con una compañera de rugby viajaba entre Edmonton y Calgary, un viaje de tres horas, y me dijo que debería acompañarla a usar el bobsled," explica sobre su otro deporte.

“Empecé a ir a prácticas con ella y me gustó. El entrenador de Canadá quedó conforme y entrené con ellas un tiempo más, llevando adelante una temporada y media."

“Era un gran entrenamiento, complementario a lo que hacía en rugby - mucho levantamiento olímpico de pesas, explosiones a máxima actividad. Por eso creo que seguí haciendo bobsled tanto tiempo. Nos divertíamos viajando y yendo a las competencias. No hay adrenalina como esa."

“Pero mientras trataba de jugar rugby y hacer bobsled, estaba buscando mi título universitario. Creo que podría haber quedado en el equipo para los Juegos Olímpicos de Invierno de Torino 2006, pero decidí mantener mis estudios y el rugby; bobsled era algo que había probado."

Si bien bajar por el hielo a 150km/hora es una adrenalina única, el rugby le ha generado múltiples emociones.

Desde su debut ante Estados Unidos en 1999, disfrutó de once temporadas en el seleccionado, jugando en tres Rugby World Cups de quince y una de sevens, apoyando cinco tries frente a España en el Mundial jugado en Canadá en 2006.

Rugby como familia

“No hay muchos videos de YouTube de mi época de jugadora, pero el que está es el que ven mis alumnos; está bueno lo que genera!"

Gallo sabía mucho más que apoyar tries; sabía como ubicarse en el campo de juego e involucrarse en el aspecto físico del rugby.

“Crecí con dos hermanos mayores, lo que me convirtió en una jugadora agresiva; con ellos era a matar o morir," recuerda.

“Tenía una cierta maldad, supongo. Me gustaba hacer bromas en los entrenos y divertirme, pero cuando llegaba el momento de jugar, me ponía seria."

Esos hermanos conocieron a sus esposas gracias a Gallo y el rugby; su marido inglés, Dean Murten, había llegado como entrenador de las Thunderbirds.

Por eso, el rugby no está nunca lejos de su vida, en la forma que sea. Gallo así lo quiere.

“Como atleta, me gustaba la naturaleza física y cerebral del deporte, el tener que tomar decisiones bajo presión, en microsegundos."

“Como entrenadora, me gusta deconstruir y ser analítica. Una cosa que me atrae es lo complejo y simple que puede ser."

“Y, desde el punto de vista holístico, el rugby para mi es como una familia."

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