Scott Robertson acaba de conducir a los Crusaders a su cuarto título consecutivo, ganando el Super Rugby Aotearoa tras tres triunfos previos en el Súper Rugby.

Al asumir en 2007, el equipo de Christchurch traía una sequía de títulos de nueve años. Cómo transformó este grupo de talentosos jugadores en campeones?

De gran ayuda fue conocer íntimamente la organización, habiendo jugado ocho años con los Crusaders y haber sido el entrenador de Canterbury en la Mitre Cup.

Aún así, el ex All Black con 23 tests, impuso su impronta. Hablando el campeón mundial en 2003 Will Greenwood en su podcast en Sky Sports, describió así a su co-entrenador en Barbarians en 2018.

“Le pase el positivismo por cada poro. Es una de esas personas que puede convertir un equipo de rugby social en campeón del mundo," comentó el inglés.

“Si le das un grupo de jugadores que quieren mejorar y son entusiastas, los llevará a la Tierra Prometida."

Mejorar jugadores es una de sus principales facetas, tal el caso del centro Jack Goodhue, que jugó en el equipo M20 de Nueva Zelanda campeón mundial en 2015.

“Quiero que los jugadores no solo sean All Blacks; quiero que sean grandes All Blacks," le dijo Robertson a Greenwood.

Pasión

Apodado ‘Razor’ (hoja de afeitar), por su feroz tackle, reconoce que siempre pensó en ser entrenador.

Gordon Tietjens fue un entrenador que me colocó en un buen lugar mental. Siempre tuve un libro con jugadas que podían funcionar, tenía la pasión, buscaba ser creativo en cómo unir al equipo dentro y fuera del campo de juego."

“Amo el rugby y lo más que estuviera en él, mejor me sentía."

Disléxico, la palabra escrita no es su fuerte, pero es inigualable con la palabra hablada.

Usando el buen lenguaje, Robertson es capaz de transformar situaciones negativas en positivas, pudiendo explicar a los jugadores lo que quiere de manera concisa y entendible.

“Todos nuestros mensajes son siempre positivos."

Materia gris

Robertson siempre busca que sus equipos se adapten y evolucionen, aprovechando su experience jugando en Irlanda y en Perpignan, Francia, además de haber sido entrenador por Tietjens, Robbie Deans, Wayne Smith y Steve Hansen.

Recientemente, con el ex entrenador inglés y actual coach de Leinster Stuart Lancaster compartieron ideas de ataque y defensa en charlas via Zoom, tomando como ejemplo la preparación de sus equipos para un hipotético partido. Esa admirable confianza y generosidad la transmite también a su equipo de entrenadores.

“Tengo un gran comienzo pero no soy buen terminando respecto al trabajo en detalle; por eso trabajo con gente que puede terminar las cosas. Sé lo que quiero, lo apruebo pero puedo aburrirme fácilmente."

“En esta cuarentena estoy aburrido porque hay mucho orden; necesito el caos, la acción y las cosas en movimiento. Sé cuales son mis fortalezas y busco gente que pueda ayudarme. He tenido staffs increíbles, expertos en sus trabajos," le dijo a Greenwood.

Carismático y creativo al relatar sus anécdotas, Robertson habla sobre el liderazgo, con una analogía de un barco.

“La palabra liderazgo viene de la época en que se lideraba un barco."

“Pero tienes alguien en la sala de máquinas, alguien navegando, otro mirando si aparecen icebergs, todos de nivel mundial en sus roles."

“Cuando nos ataca una tormenta, bajo a la sala de máquinas y me encargo de eso? Comienzo a ser el navegador? No. Confío en ellos y seguimos adelante con un mensaje común. Ellos me informan y luego tomo una decisión."

Sin dar ventajas

La capacidad de Robertson es clara en la fluidez del ataque y las líneas de apoyo de los Crusaders.

Para su primer título de Súper Rugby, Robertson se inspiró en la famosa pelea por el título mundial de Muhamad Ali,  ‘Rumble in the Jungle’.

Alí, al enfrentarse con George Foreman, venía de nueve años sin títulos, al igual que los Crusaders que parecían un equipo cansado. Llegaron a la final y rompieron los pronósticos al ganar su 'rumble in the jungle' ante los Lions en el Ellis Park de Johanesburgo.

“Una vez que ves una imagen, tienes una conexión mental con tus sentimientos. Quieres que la gente sienta y sea más emotiva y que se sume al objetivo común," le dijo en una entrevista a 1014 Rugby

“Cambiamos nuestra defensa, golpeando gente, siendo más inventivos y con palabras más agresivas. Usamos muchos temas del boxeo."

En los años, su enfoque positivo ha generado recompensas."

“Hicimos cosas trascendentes que la gente creía que no podíamos hacer - nadie cruzó el océano Índico y ganó frente a 63 mil espectadores en Ellis Park. Después empezaron los que dudaban que pudiéramos ganar dos seguidos, que 'hay muchos All Blacks y es año mundialista', que no se puede hacer ambas cosas."

Robertson nunca tuvo miedo de romper el molde; fue el primer y único alumno del Mount Mauganui en ser All Black y su baile celebratorio en el World Rugby U20 Championship 2015, comenzó una tradición para el entrenador.

Un futuro brillante, posiblemente en los All Blacks, está en su mira. Lo que sea que le toque al 'rubio de Bay of Plenty', sus jugadores seguramente disfrutarán el camino.

PARA LEER: La Farah Palmer Cup: Las mujeres neozelandesas se preparan para el regreso >>