Joshua Booysen es probablemente un nombre que no hayan escuchado antes. Pero para el equipo argentino es una de las partes mas importantes de su visita anual a Sudáfrica para jugar la HSBC World Rugby Sevens Series.
En 2006, mientras el equipo estaba en medio de un entrenamiento de rutina en George, consiguieron sumar un jugador extra. Siguiéndolos a todas partes, estaba un joven que ninguno conocía. A pesar del ritmo de la práctica, él los seguía sin parar, sorprendiendo a entrenadores y jugadores. Uno de los jugadores de aquel equipo era el try-man histórico de la serie, Santiago Gómez Cora, hoy entrenador del equipo.
“Empezamos a hablar entre nosotros y comenzó a repetir algunas palabras en español,” dijo. “Nos pareció gracioso. Nos seguía en todo. El día siguiente vino al hotel y nos estaba esperando, repitiendo aquellas palabras en español.”
“Le preguntamos el nombre y lo invitamos a venir con nosotros a entrenar. Esa tarde, lo volvimos a ver en el hotel y lo invitamos a comer. Así conocimos por primera vez a Joshua.”

 

""Hablando, sus padres me contaban como Joshua esperaba todos los años la llegada de Argentina al torneo.”"

Santiago Gomez Cora, Entrenador de Argentina

Viviendo a una hora de George, la vida de Joshua era muy diferente a la de los jugadores argentinos en el circuito. Su padre falleció en prisión y también perdió a su hermano. Viviendo en una casilla básica en el bosque en las afueras de George, vivía al día. Por eso, cuando se le dio la oportunidad de juntarse con el equipo a comer, a entrenar y estar con ellos durante el torneo, fue una gran oportunidad para el joven sudafricano.
“Una noche después de la práctica, estaba oscureciendo y le ofrecimos llevarlo a su casa,” cuenta Gómez Cora. “Lo subimos en la camioneta y el tenía vergüenza de mostrarnos donde vivía. Cuando llegamos, era una casa muy pobre en el medio de la selva. Le dije que lo conocía hacía tres o cuatro años así que quería conocer a sus padres. Hablando con ellos, me contaban como Joshua esperaba todos los años la llegada de Argentina al torneo; era lo que mas esperaba.”
El equipo argentino comenzó a interesarse en sus estudios en Sudáfrica, y hablaban regularmente con la madre para ver como le estaba yendo.
“Hablamos seguido para averiguar su desempeño escolar. Si nos decía que había pasado el año, entonces le traíamos regalos desde Argentina.”
Cuando el torneo se mudo a Port Elizabeth en 2011, el equipo no esperaba que Joshua apareciera dado que estaba a 330km y cuatro horas de distancia de su casa. Pero para su sorpresa, ahí estaba, esperándolos en el hotel. Y ahora, cuando se juega por primera vez en Ciudad del Cabo, está nuevamente con ellos, con ayuda de Argentina.

 

“Crece con nosotros y sigue siendo un gran apoyo,” dice Gómez Cora. “Lo conocimos como un niño y hoy tiene 21 años. Ahora trabaja. Le dijimos que tiene que hacer algo con su vida y jugar al rugby. Comenzó a jugar hace tres años, terminó sus estudios y ahora trabaja.”
“Siempre está en un rincón de la cancha esperándonos con agua, o en el hotel con comida. Es alguien muy especial para nosotros; es parte del equipo. Sabemos cuando venimos a Sudáfrica que va a estar ahí esperándonos. Como parte del equipo, lo necesitamos con nosotros.”A pesar de su innegable apoyo por el equipo argentino, Joshua le dijo a Gómez Cora que este será su último año debido a que ahora trabaja, una carrera que en gran medida puede atribuirse al apoyo y aliento de los amigos argentinos. De un encuentro casual en las calles de George a Ciudad del Cabo nueve años mas tarde, ha sido una maravillosa amistad, aunque Gómez Cora bromea que Joshua todavía debe mejorar en algo.
“¡Su español es horrible! ¡Necesita practicarlo mas! Ojalá volvamos a ver a Joshua el año próximo y ver como siguen desarrollándose su vida.”